Es muy común que no sepamos darnos el valor que merecemos, nos ponemos en un segundo lugar y vamos socavando nuestra autoestima. Es entonces cuando los “soy incapaz” o “no puedo” se hacen eco en nuestra vida y se convierten en una realidad.
Esto significa que debemos ser pacientes y considerados al elegir nuestras palabras, escuchando atentamente a los demás antes de responder. Debemos tener en cuenta el impacto que nuestras palabras pueden tener en los demás y utilizarlas con responsabilidad y amor.
Nuestras palabras tienen un gran poder y pueden tener un impacto significativo en las personas que nos rodean. Debemos ser conscientes de cómo las usamos y buscar formas de edificar y animar a los demás. Además, debemos ser sabios al hablar, escuchar antes de responder y controlar nuestras emociones.
Si dices NO quieres tener sobrepeso, la imagen que viene a tú mente eres tú con sobrepeso y partiendo de la premisa te conviertes en lo que piensas seguirás manteniendo el mismo peso que imaginas.
Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.
Esto nos muestra que nuestras palabras deben ser un medio de aliento y apoyo para los demás, y no una fuente de crítica o negatividad.
¡No dejes read more pasar esta oportunidad de acercarte a la fe y fortalecer tu vida diaria con la palabra divina!
La Biblia nos exhorta a usar nuestras palabras de manera responsable y sabia. En Efesios four:29, se nos dice: «Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes».
Es importante recordar que nuestras palabras tienen un impacto duradero. Jesús nos dice: «Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio» (Mateo 12:36). Debemos ser conscientes de las palabras que salen de nuestra boca y ser responsables de su poder.
Es importante recordar que nuestras palabras pueden tener un impacto duradero en las personas que nos rodean. Podemos usar nuestras palabras para edificar, alentar y consolar, o podemos usarlas para dañar, destruir y desanimar.
Nuestro testimonio será evidente en la forma en que hablamos y tratamos a los demás. Nuestras palabras pueden ser una herramienta poderosa para compartir el amor de Dios y para animar a otros a buscar una relación con él.
La Biblia nos enseña que nuestras palabras tienen un impacto significativo en nuestras vidas y en la vida de los demás. En Proverbios 18:21, se nos dice: «La lengua tiene poder sobre la vida y sobre la muerte; quienes la aman comerán de sus frutos».
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que United states bien la palabra de verdad.
Recordemos que un día daremos cuenta de cada palabra que hayamos hablado ante Dios. Debemos ser conscientes de esto y usar nuestras palabras para honrar a Dios y beneficiar a los demás.